El pasado viernes 16 de noviembre, un grupo de casi 200 alumnas y alumnos de ESO junto con una docena de sus profesoras y profesores, acudimos al Teatro Lagasca. Esperábamos un concierto de música tradicional del grupo Mayalde.
La sorpresa fue encontrarnos 'sólo' a Eusebio acompañado, 'sólo' a ratos, de su hijo Arturo. ¿Y para qué más? Una auténtica clase viva de las tradiciones que no deben morir, un pretexto para contarnos historias de nuestros abuelos y de los abuelos de nuestros abuelos, de los pueblos, del campo, de pastores y de cabreros que auyentan al lobo con bramaderas. Historias acompañadas por la música de piedras, cucharas, calderos, el muñeco Antolín,... o la simple mano sobre la mesa de la cocina.
Y así, entorno a esa mesa (Mayalde en euskera), entre ten con ten y machalá-machalá, Eusebio nos alimentó, nos tuvo a al hilo y consiguió que acabásemos todas y todos cantando, por bandos, eso sí: "Dígote mujer, voy a comprarte unos zapatos...", "No marido, no, déjalo para tabaco"
Al terminar el concierto volvimos al Instituto para reanudar las clases a 5ª hora (aunque algunos se 'perdieron' por el camino; tal vez no les volvamos a llevar).
¡¡ Vivan San Rorro y Santa Águeda !!
